Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma tendrá que ir a la montaña... Y eso es lo que ha pasado, que como nuestros hijos no han venido a casa por Navidad, nosotros hemos ido a su encuentro, ¡bien!
¿Conocéis el pueblo tarraconense llamado Cornudella de montsant? Hay que reconocer que está enclavado en un lugar privilegiado para los amantes de la naturaleza, entre Siurana y el Montsant, derroche de bosques, montañas, agua y roca vertical, ¡pero vertical!, es por eso uno de los paraísos de la escalada... Pues ahí andaban nuestros churumbeles.
Bueno, a lo que voy: ellos están fenomenal y nos lo hemos pasado genial estos dos días por allí... Y a parte del consabido "me alegro", y yo "gracias", tal vez digáis "¿y a nosotros, qué?". ¿Que qué? Pues que hemos hecho una marcha que no encuentro calificativos para ensalzarla. ¿Y si os digo que es de lo más espectacular, emocionante y sobrecogedor que he hecho en la montaña a lo largo de mi vida de subecuestas? Pues os lo digo, sí, os lo digo. Y en algo os va a tocar ya que pienso proponer una excursión informal a la zona (total, apenas cinco horas y media de coche), y la propondré antes de que los catalanes cobren por pasar su imaginaria frontera. ¿Qué os parece? Salir el viernes por la tarde, dormir en Cornudella (¡vaya nombrecito!, cada vez que lo escribo, no sé porqué, pienso en los pobres cornudollenses...), dedicar el sábado a la zona de Siurana (¡maravilla!), y la mañana del domingo a la excursión en el Montsant que antes os decía. Aunque esta marcha, la del domingo, no sería apta para personas propensas al vértigo, ni siquiera para las que simplemente le tenga cierto respeto a las alturas, hará falta descaro para moverse por allí: porque es tan aérea, ¡menudo patio! Ya iremos hablando del tema; entre tanto, os dejo unas fotos.
¿Conocéis el pueblo tarraconense llamado Cornudella de montsant? Hay que reconocer que está enclavado en un lugar privilegiado para los amantes de la naturaleza, entre Siurana y el Montsant, derroche de bosques, montañas, agua y roca vertical, ¡pero vertical!, es por eso uno de los paraísos de la escalada... Pues ahí andaban nuestros churumbeles.
Bueno, a lo que voy: ellos están fenomenal y nos lo hemos pasado genial estos dos días por allí... Y a parte del consabido "me alegro", y yo "gracias", tal vez digáis "¿y a nosotros, qué?". ¿Que qué? Pues que hemos hecho una marcha que no encuentro calificativos para ensalzarla. ¿Y si os digo que es de lo más espectacular, emocionante y sobrecogedor que he hecho en la montaña a lo largo de mi vida de subecuestas? Pues os lo digo, sí, os lo digo. Y en algo os va a tocar ya que pienso proponer una excursión informal a la zona (total, apenas cinco horas y media de coche), y la propondré antes de que los catalanes cobren por pasar su imaginaria frontera. ¿Qué os parece? Salir el viernes por la tarde, dormir en Cornudella (¡vaya nombrecito!, cada vez que lo escribo, no sé porqué, pienso en los pobres cornudollenses...), dedicar el sábado a la zona de Siurana (¡maravilla!), y la mañana del domingo a la excursión en el Montsant que antes os decía. Aunque esta marcha, la del domingo, no sería apta para personas propensas al vértigo, ni siquiera para las que simplemente le tenga cierto respeto a las alturas, hará falta descaro para moverse por allí: porque es tan aérea, ¡menudo patio! Ya iremos hablando del tema; entre tanto, os dejo unas fotos.
Aquí, mis zagales con el perro y la madre, en Siurana
(obsérvese el vacío que se abre tras ellos)
Aquí, la madre, tan feliz, desafiando las alturas y los vértigos
Éste es el pueblo de Morera de Montsant, de donde partía la excursión asombrosa
Y estas son las formaciones rocosas a las que teníamos que ascender, ¡por un PR! Iba cogiendo altura y, después, salvaba las paredes entre grietas imposibles para, a continuación, desplazarse lateralmente por las "fajas" horizontales
El padre, con los zagales, atravesando uno de los bosques de la ascensión
Y aquí llega la gran grieta por lo que tuvimos que entrar, sin saber si tenía salida o no
Bueno, parece que por arriba se abre la luz, pero para llegar a ella hubo que hacer una buena trepada
Y después, al salir, cruzar por encima de una piedra atrancada entre dos pasajes, sobre un abismo
¡Miradla bien ahora completa, os podéis imaginar la caída que tenía, más de 30 metros!
Y después, la senda discurría por la "faja", una veces más cómoda...
Y otras más incómoda...
Eso sí, siempre muy, pero requetemuy, aérea, aunque para evitar encontrábamos quitamiedos
¿Os habéis fijado bien en la altura que hay y en la tranquilidad de mi niña?
Otra imagen gráfica del asunto (aunque no se aprecie del todo bien la caída que había)
Para que os hagáis mejor una idea, íbamos por esta "faja" verde, desde la misma punta de la izquierda hasta aquí
Fijaos donde quda el pueblo del que partimos, y nosotros pasamos por el "balcón" de arriba de la derecha
Para terminar, esto es lo que vimos desde lo alto: sucesivas sierras... y el mar. ¡Qué maravilla!
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